Muy
cerca del Coliseo se encuentra el palacio de Domiciano, fue el principal
complejo imperial en el Monte Palatino, reemplazó una serie de edificios más
antiguos que van desde el período republicano hasta el neroniano.
Está
formado por tres sectores: la Domus Flavia, la Domus Augustana y el Estadio
Palatino. El monte Palatino (en latín Collis Palatium o Mons Palatinus) es la
más céntrica de las siete colinas de Roma, y la de menor elevación: se alza a
50 m sobre el Foro Romano, quedando entre este y el Circo Máximo. Es una de las
áreas más antiguas de la ciudad de Roma, con yacimientos arqueológicos que
datan en torno al año 1000 a. C. y formaba parte de la llamada Roma Quadrata.
Según
la leyenda era el lugar donde Rómulo fundó Roma, y donde fijó su morada.
El
enorme complejo ocupó toda la parte central del Palatino desde finales del
siglo I d.C., reemplazando edificios más antiguos. El inmenso palacio tuvo un
gran efecto en los contemporáneos, ya que quedan evidencias en las alabanzas de
Martial y Stazio.
La
vigencia de los arquitectos implicados en el edificio también queda atestiguada
por el hecho de que en los siglos siguientes nunca fue sustituido, quedando la
morada por excelencia de los Augusti, que se limitaron únicamente a restaurarlo
y realizar algunos añadidos. De hecho, su arquitectura sirvió de modelo para
todos los palacios dinásticos del poder posteriores.
Las
obras fueron dirigidas por el arquitecto Rabiro, iniciadas poco después del
81d.C. (año de la llegada al poder de Domiciano) y concluidas en el 92. El
conjunto fue descubierto y excavado en el siglo XVIII, al que pronto siguieron
importantes saqueos que condicionaron irreparablemente el estado del edificio.
Por
su parte el llamado “Estadio Palatino” fue la tercera parte del palacio de
Domiciano en la Colina Palatina de Roma. Fue el último en construirse, después
de la Domus Flavia y la Domus Augustana, respectivamente las partes pública y
privada del complejo.
De
hecho, Domiciano, no contento con poseer un escenario de lujo en el Circo
Máximo, también quiso construir su propio estadio para uso privado e
inaccesible desde el exterior. Su domus fue la última en construirse, después
de la Domus Flavia y la Domus Augustana, las partes públicas y privadas del
palacio. Añadió un espléndido estadio, muy amplio y suntuoso, pero no era de
uso público, sino que estaba reservado para la familia imperial y sus
invitados. Estamos muy lejos de los emperadores iluminados que se lo dejaron al
público.
El
Estadio o Hipódromo es un vasto espacio alargado con un lado menor curvo (que
recuerda la forma de un circo), identificable con el Hippodromus Palatii
mencionado en las Actas de los mártires (o con el Viridarium, un espacio verde
privado), que se extiende por el lado este de la Domus Augustana. En dichas
Actas se menciona también, a propósito de San Sebastián, un Hippodromus
Palatii, que es muy probable que fuera este.
La
pista, delimitada a su alrededor por un pórtico de dos pisos (renovado en el
período Adriano) anteriormente cubierto de mármol, estaba dividido en dos por
una “spina” de la que solo quedan partes terminales en lados opuestos (por
algunos considerados, al menos el del lado corto al norte, fuentes). En el
centro de la estructura, en el lado este, hay una gran tribuna con una exedra
(reconstruida bajo Septimio Severo), donde probablemente los emperadores
podrían asistir a los espectáculos, vendría a conformar una especie de palco
imperial. El Estadio, más que para la exhibición de espectáculos de carreras,
tenía la función de una escuela de equitación o un jardín privado, todo ello
sugerido por el descubrimiento de estatuas de las que debía ser ricamente
adornado. Un recinto de forma ovalada en la parte sur de la pista (donde se
contemplan los adoquines) se remonta a la época de Teodorico (siglo VI), quizás
fue utilizado para carreras a pie y también como anfiteatro. Sin embargo no se
realizarían luchas de gladiadores ya que este espectáculo había sido abolido en
tiempos de Onorio.
Ubicado
en la parte privada de la Domus Augustana, el Estadio Palatine Hill (o
Hipódromo) se extiende a lo largo de todo el lado este del palacio imperial y
se forma en un vasto espacio de forma alargada (160 x 48 metros) con lado curvo
más pequeño.
En
ambos extremos hay pequeñas semi-construcciones circulares que como se ha
mencionado antes en la antigüedad fueron fuentes. El edificio estaba rodeado
por un pórtico de dos pisos (restaurado en la época de Adrianea): la planta
baja caracterizada por una bóveda de cañón con artesonado, pilares y
semi-columnas en ladrillo en su época recubiertas de mármol; ya el piso superior
formado con columnas de mármol.
El
estadio estaba surcado por una larga avenida circular con senderos y parterres
de flores, todo finamente decorado con estatuas y mármoles de todo tipo. De
hecho es necesario conocer que gran parte de las esculturas de los museos
Palatinos se encontraban en estos exuberantes jardines.
En
el suelo de todo el estadio se pueden ver columnas de mármol y granito de
“cipollino”, capiteles y fragmentos del coro de mármol que adornaba todo el
estadio.
No
se puede excluir que en el estadio se pueda identificar el denominado
Viridarium, un espacio verde para descansar y pasear donde se dice que el
emperador Elagabalus mandó transportar una montaña de nieve.
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