sábado, 7 de enero de 2017

Fontana dell´acqua Paola

Uno de los monumentos más llamativos de la ciudad eterna es la Fuente del acqua Paola, también denominado por los romanos Fontanone. Como muchos otros rincones de Roma aquí se da una simbiosis entre el agua y la arquitectura que servirá de ejemplo a muchas otras fuentes de la ciudad. La Fontana dell´ Acqua Paola se ubica  en vía Garibaldi, 35, en la colina del Gianicolo, muy cerca de S. Pietro in Montorio, otra visita obligada que ya se ha visto en este blog.




Su origen se remonta a los inicios del siglo XVII cuando el Papa Pablo V decidió aprovisionar de agua al barrio del Trastevere ya que hasta entonces sus habitantes habían tenido que abastecerse de agua de pozos o directamente del río. El Papa se dedicó a la continuación de la rehabilitación (iniciada en el renacimiento) del antiguo acueducto de Trajano que se encontraba en ruinas para realizar una fuente que abasteciera de agua potable al Trastevere, el Vaticano y la vía Giulia.
Por ello y en honor del Papa la fuente recibió el nombre de acqua Paola.
Este caudal venía desde el lago Bracciano y en la antigüedad se utilizaba para mover los molinos de la campiña romana. Sin embargo la cantidad o la calidad del agua no debía de ser notable (a lo máximo para regar los jardines) ya que un proverbio de la época “como el agua Paola” era utilizado para designar cosas de poco valor.




La gigantesca fuente fue construida por Flaminio Ponzio en colaboración con Giovanni Fontana entre 1610 y 1612 en un estilo barroco, el mismo que transformaría en ese siglo a la ciudad del Tíber. El Barroco fue una tentativa de lograr la integración del espacio real y del espacio ficticio, el espectador-observador se convierte en partícipe activo, del ámbito espacial-psicológico creado por la obra de arte. Como una tramoya teatral, el ilusionismo barroco tiene una finalidad persuasiva: trasladar la atención del espectador de las cosas materiales a las cosas eternas.






Piranesi, Giovanni Battista Veduta de Roma: Fontana dell'Acqua Paola, 1751.









El virtuosismo con que el arquitecto barroco manipula el espacio no debería distraernos de un hecho más importante, que es que el principio del espacio coextenso es tan aplicable a la arquitectura del s. XVII, como a la pintura y a la escultura. Este principio se puede observar en forma ejemplar en las fachadas. En este caso la fachada de esta fuente está inspirada en los antiguos arcos del triunfo romanos.


La inscripción presenta una errata al confundir al artífice del antiguo acueducto, Trajano con el primer emperador, Augusto (ALSIETINAE):

PAVLVS QVINTUS PONTIFEX MAXIMVS

AQVAM IN AGRO BRACCIANENSIS

SALVBERRIMIS E FONTIBVS

COLLECTAM

VETERIBVS AQVAE ALSIETINAE

DVCTIBVS RESTITVTIS

NOVISQUE ADDITIS

XXXV AB  MILLIARIO DVXIT




La fachada monumental del acqua Paola muestra en la parte superior-central dos ángeles, esculpidos por Ippolito Buzi, que sostienen un escudo con dragones y águilas todos ellos pertenecientes al emblema de la familia del Papa, los Borguese, además de la tiara y las llaves de San Pedro atributos inherentes a cualquier Papa. 




Por debajo cinco arcos de medio punto y seis columnas de granito rosáceo y gris, de las cuales 4 proceden de la fachada de la antigua basílica de San Pedro. A su vez otros mármoles fueron expoliados de otros templos e incluso de los foros, a menudo la Curia romana construía la “nueva Roma” con los materiales de la antigua. La ornamentación es escasa, es un barroco que aún no aprecia lo recargado. Los tres arcos centrales son de mayor altura que los dos laterales y en un principio sus vanos eran más grandes y sin esculturas para así hacer visible el jardín botánico que se encontrada detrás de la fuente, no por casualidad el barroco es el arte de las perspectivas.

A fines del s. XVII se sustituyeron las 5 pilas que recogían el agua por una colosal piscina de mármol según el nuevo diseño de Carlo Fontana. 
La fuente ha sido restaurada en varias ocasiones la primera en 1859 tras los daños sufridos por los cañones franceses, una segunda restauración se llevó a cabo en tiempos del fascismo y la última ya más recientemente entre 2002 y 2004.

Un edicto de 1707 acabó prohibiendo el baño a los romanos que se aventuraban a darse un chapuzón en los cálidos veranos. 
La plazoleta donde se ubica la fuente del acqua Paola ofrece unas maravillosas vistas de la ciudad.  




El lugar ha sido el escenario de numerosas películas e incluso videoclips de algunas canciones.Yo personalmente recomiendo el film "La gran belleza" de Paolo Sorrentino, 2013, un gran homenaje del director a la ciudad de Roma. A destacar una escena donde un turista, al visitar la fuente del acqua Paola, sufre un desmayo desplomándose a tierra, sobrecogido por la belleza del lugar, quizás contagiado del síndrome de Stendhal.