Conocer
Roma es también conocer su trazado urbano, el origen y la historia de algunas
de sus calles más concurridas o céntricas. En esta entrada de blog analizamos
una de las arterias más conocidas de la ciudad eterna: Via Nazionale.
En
esta calle se puede disfrutar de un paseo a cualquier hora del día y disfrutar
de su ambiente comercial, alojamientos,
tiendas, locales con marcas de diseño o restaurantes. Igualmente es un
recorrido rico en monumentos y patrimonio. Esta calle además de famosa es estratégica
ya que enlaza Piazza della Repubblica con Piazza Venezia. Atravesar Via
Nazionale es recorrer un trozo de la historia no solo de Roma, sino de Italia:
Palacio de Exposiciones, la Banca de Italia, el Teatro Eliseo, la iglesia de
San Vitale, San Pablo Intramuros y otros edificios destacables.
Aunque
fue en la segunda mitad del S. XIX e inicios del S. XX cuando Via Nazionale
adquiere su esplendor e importancia podemos remontarnos a la Roma Imperial para comprobar que este
lugar ya era relevante. Nos encontramos de hecho en un punto muy estratégico,
es decir, el valle situado entre las colinas del Quirinal y el Viminal. Así
pues ya en tiempos de la Roma Serviana, fue utilizado como trayecto para unir
el área de los Foros a la antigua Porta
Collina de las murallas Servianas. Esta arteria fue llamada “Vicus Longus”, que
era paralela al Vicus Patricius (la actual Via Panisperna) que desde el área de
los Foros llegaba a la Porta Viminalis. Exactamente el fondo del Vicus Longus,
en la parte más alta y más septentrional, fueron construidas, a partir del 298,
las Termas de Diocleziano.
También
en esta via surge un Oratorio dedicado a San Gervasio y Protasio, mártires de
Milán hijos de San Vitale, Oratorio, que, gracias a las donaciones de la
matrona Vestina, fue, en el 402, reestructurado y convertido en Basílica, consagrada
por el Papa Inocencio I y conocido, desde entonces, como Titulus Vestinae y que
tomará el nombre, entorno al 595, de San Vitale.
A
raíz de esta Iglesia, en la época Medieval, el viejo Vicus Longus, recibirá en
la todavía zona campestre, el nombre de San Vitale. Después durante siglos se
sabe que no volverá a construirse ninguna nueva edificación.
La
iglesia de San Vitale dedicada a Vitale marido de Santa Valerla y padre de los
Santos Protaso y Gervasio mártires. San Vitale se unió a las milicias salvando muchos cristianos,
una vez descubierto fue destrozado con peines de hierro, año 62 d. C.
Sus torturadores, para hacerle renegar de sus creencias,
experimentaron todo tipo de formas de tortura. Sin embargo, según cuenta
Ambrosio, su cuerpo no mostraba ningún daño ni herida. Murió invocando el
nombre de Jesús.
La iglesia erigida en el 405 por la matrona Vestine sobre la zona
de la casa de Pomponio Attico. Se ha reconstruido muchas veces, sobre todo
alrededor de 1600, y queda una hermosa puerta de entrada tallada de este
período, así como un hermoso fresco en el crucero. El interior está muy
ricamente decorado, con trompe-il columnas de dudoso gusto. Ojo ¡En la Edad Media,
la iglesia era el punto de partida de una procesión de viudas! Más tarde y
hasta el siglo XIX, la iglesia organizó distribuciones gratuitas de pan a los
pobres.
En el fragmento que publicamos aquí, hemos marcado en amarillo lo
que era en ese momento la Via di San Vitale que, como vemos, comenzaba
aproximadamente desde la Via dei Serpenti, se estrechaba después de la Basílica
de San Vitale, y luego se detenía en la intersección con la Via delle Quattro
Fontane.
Sin embargo, el cambio radical de la zona llegaría en el s. XIX, en la segunda mitad, sucedió que tras la implantación de la línea ferroviaria Roma-Frascati, 1856, se comenzó a idear una edificación de una nueva estación de tren en el área limítrofe de las Termas de Diocleziano. La inspiración partía de Monseñor Francesco Saverio De Merode, pro-ministro de las Armas Pontificias de Pio IX, que tenía terrenos en esta área.
Sí
pues en 1859 se trazó la nueva calle con la idea de facilitar la comunicación
del centro de la ciudad con la nueva estación de Termini, los trabajos
empezaron en 1862. Por otra parte la calle fue bautizada como “Strada Nuova
Pia”, para diferenciarla de la “Strada Pia” deseada por el Papa Pio IV y que se
correspondería con la actual Via XX Settembre.
El
trazado de la nueva calle conllevó el alzamiento del nivel del terreno, es en
estos años en los que se construye la escalinata para acceder a la iglesia de
San Vitale. Por otra parte la nueva via fue alargada más allá del cruce con la
Via delle Quattro Fontane, hasta la Basílica de Santa Maria de los Angeles,
situada donde está la gran exedra de las
Termas de Diocleziano. Justo allí nacerá algo más tarde la plaza de la exedra,
más conocida como Piazza della Repubblica.
Desde 1868 se inician las obras para levantar un barrio moderno, siempre en los terrenos de De Merode, este nuevo entramado urbano comprenderá el área de la actual Via Firenze, Via Napoli, Via Torino y Via Modena. Es indudable el carácter especulativo del nuevo barrio que pronto fue denominado de forma popular “Quartiere Merode”. Sin duda el monseñor estaba seducido por las ganancias económicas, siempre con el plan de crear un barrio moderno.
Así, el primer edificio construido en ese momento, el actual cívico 5 de Via Nazionale, muestra, sobre el portón, la siguiente inscripción: “Primo fabbricato eretto in questo nuovo borgo fra gli anni 1868-1870. Propietà di Gaetano Rossi libera da ogni peso e canone”.
1870
fue un año clave para Italia, para Roma y por supuesto para esta calle, es
decir, cuando las tropas libertadoras de los Saboya entraron en Roma, ciudad
eterna pasó a ser parte del nuevo estado Italiano, convirtiéndose en la capital. Ello suponía un cambió rápido
para la urbe que necesitaba nuevas arterias urbanas, nuevos edificios
institucionales, nuevos alojamientos, transportes, parques, jardines, etc. De
esta forma las autoridades del nuevo Estado decidieron renovar el acuerdo que
De Merode tenía ya estipulado con el Estado pontificio, si bien con algunas
novedades. Las áreas edificables en el proyecto fueron adquiridas por el nuevo
Estado sin aportar en principio ninguna modificación respetando los edificios
ya levantados y los que se encontraban entonces en construcción. Sin embargo
juzgaban como incomoda la oblicuidad de
las calles que, de todas maneras estaban entre las más rectilíneas de la ciudad
en aquel momento. De hecho, los primeros urbanistas, hasta la muerte de
Vittorio Emmanuel II, no descartaron desviar la calle, a la cual acababan de
cambiar, una vez más, el nombre por Via Nazionale. Esta calle debería llegar
hasta la Fontana di Trevi, pero el proyecto fue abandonado, prefiriendo
mantener el trazado ya establecido hasta el Largo Magnapoli y después hasta
Piazza Venezia, incluso inicialmente las calles Via IV Novembre y Via Cesare
Battisti hacían parte de Via Nazionale.
El
nombre de Via Nazionale fu establecido el 30 de noviembre de 1871 donde además
se decidió el nombre de las calles adyacentes Via Firenze, Via Napoli, Via
Torino y Via Modena.
Para
trazar la parte de Via Nazionale entre Via dei Serpenti y Piazza Venezia, el
ayuntamiento fue empujado a realizar trabajos llamativos come el desmonte de
una parte de la Villa Aldobrandini y la construcción del muro de contención,
este trabajo dejó a la luz la Porta
Sanqualis, una antigua puerta de la Muralla Serviana, hoy situada en el
parterre central del Largo Magnapoli, peor fue que estas obras destruyeron
algunos restos de las Termas de Constantino.
La
idea urbanística en 1873 planificabaque Via Nazionale llegará hasta Piazza
Venezia enlazando desde allí con el Tíber donde a través de un puente se
llegaría hasta San Pedro. Esta arteria en cuestión, que fue realizada en los
años 80 de ese siglo no es otra que Corso Vittorio Emmanuele II.
En
la planta de Roma de 1901 via Nazionale llegaba, tal como planifico Merode,
hasta Piazza Venezia: solo después de la primera guerra mundial el tramo de
Largo Magnanapoli tomó el nombre de via Quattro Novembre (en recuerdo de la
victoria en la I Guerra Mundial) y de via Cesare Battisti (en honor al héroe
trentino ahorcado por los austríacos). Así pues, Via Nazionale sigue, en parte,
el trazado del antiguo “Vicus Longus”.
Es
curioso que al final de la antigua calle de San Vitale se inició a comienzos de
siglo (1902-1906), el Túnel Umberto I, bajo la pendiente del Quirinal. Esta
obra debía suponer según plano regulador el último tramo de una travesía (Via
Milano) que, cortando Via Nazionale a la altura del Palazzo delle Esposizioni,
conectara directamente el Laterano y el Parlamento (a través de Via Tritone).
El proyecto finalmente no se realizó, y la via Milano se cerró en la confluencia
con la antigua calle de San Lorenzo in Panisperna.
Por
otra parte entre 1873 y el 1880 fue construida en Via Nazionale la primera
Iglesia no católica de Roma. Hasta la fundación del estado Italiano en los
Estados Pontificios estaba prohibida cualquier iglesia no católica. Fue en 1873 cuando se empezó la construcción de
la Iglesia Protestante de Saint Paul within Walls (San Pablo dentro de los
muros), obra de John Edmund Street y que alberga en su interior un mosaico con
diseños de Edward Burne Johnes.
La
Iglesia de San Pablo Intramuros o Iglesia Episcopal Americana de Roma (estilo
neo románico-gótico) es una iglesia de tamaño medio, la cual se convierte, con
frecuencia, en lugar de extraordinarios conciertos de música clásica gracias a
su excelente acústica. Construida en 1873 fue la primera iglesia católica no
romana construida dentro de los muros de Roma. La Iglesia de San Paolo
Intramuros alberga hoy a una comunidad multiétnica y multicultural y es la sede
del centro de refugiados Joel Nafuma.
Street
se dirigió a Burne-Jones en 1881, pero murió el mismo año. El rector de la
congregación, Robert J. Nevin, viajó a Inglaterra para confirmar y ampliar el
encargo.
Burne-Jones
diseñó cartones que envió a Venecia, junto con instrucciones para qué colores
usar. La Compañía de Mosaico y cristal de Murano y Venecia montó teselas en los
cartones, y los conjuntos se instalaron luego en la iglesia. La selección de
colores, basada en azulejos de muestra enviados a Inglaterra por la compañía,
fue una colaboración entre Burne-Jones y William Morris. Burne-Jones no viajó a
Italia para supervisar la obra, y en lugar de ello envió a su ayudante, Thomas
Rooke.
Hay
cuatro mosaicos de Burne-Jones. La anunciación y El árbol de la vida, ambos
terminados en 1894, están sobre los arcos sucesivos de la cancela que lleva al
ábside, cuya semi-cúpula muestra a Cristo entronizado en la Jerusalén
celestial, terminado en 1885. El cuarto mosaico, conocido como El Paraíso
terrenal o La iglesia militante, más abajo en la pared del ábside, fue
terminado en 1907 por Rooke, tras la muerte de Burne-Jones.
Burne-Jones
situó la escena de la Anunciación en un desierto mientras que El árbol de la
vida muestra a Cristo en la pose de la Crucifixión pero superpuesto sobre un
árbol con vegetación. En la representación de la Jerusalén celestial, Cristo
está flanqueado por arcángeles, con un espacio vacío que representa el lugar
donde tendría que estar Lucifer. El cuarto mosaico incluye figuras con caras
modeladas sobre personas contemporáneas.
La
nota curiosa es que las caras de algunos santos pertenecen a personajes reales
del s. XIX, como por ejemplo la del general Grant, presidente de los EEUU (S.
Patricio), la cara de Giuseppe Garibaldi (S. Jacobo) o la de Abraham Lincoln
(S. Andrés).
La iglesia contiene también mosaicos del artista estadounidense George Breck.
Otra gran imagen de la época seria el
Hotel Quirinal diseñado por el arquitecto Patrini y encargado por el empresario
Domenico Costanzi que además pocos años después mandó construir en Via del
Viminal, el Teatro Costanzi, convertido después en Teatro de la Opera, comunicado con el hotel a través de un
pasaje subterráneo.
El
Hotel Quirinale fue construido en 1865 precisamente en el período en el que se
desarrolló el área entre la estación central y la Piazza Venezia. Via
Nazionale, la primera vía principal de la ciudad, nació como enlace entre la
estación y la zona más poblada de la ciudad. En este hotel típicamente italiano
aún se puede respirar la historia centenaria de la ciudad. Los numerosos
muebles antiguos en estilo imperial y las decoraciones antiguas presentes en
todas las estancias públicas y privadas del hotel dan al Hotel Quirinale esa
atmósfera de particular elegancia y encanto que lo caracterizan de manera
original.
El hotel mantiene todavía su elegancia y el encanto propios de un hotel rodeado por la Piazza della Repubblica, Piazza Venezia y la Fontana di Trevi . Actualmente cada una de las 209 habitaciones está decorada con muebles de época y equipada con todos los lujos modernos.
También en Via Nazionale se encuentra el
Palacio de Exposiciones, ya que en 1878 se realizó el primer concurso para el
edificio público que debería de albergar un recinto para exposiciones. Pio
Piacenti fue el vencedor y el encargado de ejecutar su diseño. En su momento
fue muy criticado por la llamativa ausencia de ventanas en su fachada y por su
juego escultórico carente de cualquier referencia al culto católico. Un asunto
que no era de extrañar en la recién estrenada República que practicaba unas
políticas anticlericales. El Palacio pronto representó un punto primordial de
la cultura local, a través del tiempo y hasta la actualidad acogerá diferentes
exposiciones, algunas de ellas de notable prestigio. Cabe señalar que entre el
2003 y el 2007 ha sido restaurado de forma importante por el arquitecto Paolo
Desideri.
Actualmente cuenta con más de diez mil metros cuadrados repartidos en tres niveles y se compone de una sala polivalente, un cine, una sala multimedia, una biblioteca, un restaurante y una cafetería. En él tienen lugar exposiciones de todo tipo, festivales de cine, teatro, actuaciones musicales, presentaciones y otros eventos.
Paseando por Via Nazionale en dirección Largo
Magnanapoli nos encontarmos con la Villa Aldobrandini que se construyó sobre
los restos de edificios del siglo II, todavía visibles a la entrada por via
Mazzarino. Este recinto verde es un buen lugar para descansar y relajarse en lo
que podríamos considerar el centro de Roma, a dos pasos de los Foros y la Columna Trajana. Anteriormente
perteneciente a las familias Este y Vitelli, fue comprada por el cardenal
Pietro Aldobrandini (1571-1621), sobrino de Clemente VIII (Aldobrandini, de
hecho), quien mandó reconstruir el cuerpo principal, orientándolo sobre la vía
Panisperna, y construido primer pabellón. Ya a principios del siglo XIX
pertenecía a la familia Borghese.
La villa estaba suntuosamente decorada y
albergaba una colección muy preciosa de obras de arte que con el tiempo se
enriqueció con obras de los principales artistas italianos, desde Giovanni
Bellini a Correggio a Giorgione, Leonardo da Vinci, Mantegna, Tintoretto,
Tiziano, Veronese y otros. También se incluye la llamada Boda de Aldobrandini,
un fresco romano del siglo I que se encuentra ahora en la Biblioteca Apostólica
del Vaticano y muchos mármoles antiguos.
Comprada a la familia Pamphili durante el
siglo XVIII como se describe en el mapa Nolli, las colecciones se dispersaron
en los eventos hereditarios de la familia Aldobrandini , y la apertura de lo
que ahora es Via Nazionale, es entonces cuando cambió profundamente el contexto
urbano circundante, reduciéndolo a un gran mirador bordeado de árboles. En 1929
el Estado italiano compró la villa, abriendo su jardín al público. En cambio,
el edificio principal fue cedido para uso del estado a UNIDROIT, que todavía
tiene su sede allí.
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